libro de Crónicas, diciendo: que irremediablemente parece una colcha inexacta de retazos de mitos y leyendas, escrito por un hombre que no tenía ningún verdadero sentido de la historia. No obstante, desde la Segunda Guerra Mundial, esa visión extremadamente negativa ha cambiado algo; los comentaristas más recientes muestran mayor respeto por el cronista como historiador y como estilista literario. Entonces, ¿dónde nos deja esto? ¿Es Crónicas simplemente un libro que llena los espacios que dejaron
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